LA
INDEFENSIÓN APRENDIDA
La
indefensión aprendida se refiere a la condición de un humano o
animal de comportarse pasivamente como lo han enseñando, y cuando
tienen un problema que puede resolver, al haberlo enseñando su
alrededor a no poder hacer nada para solucionarlo, pues se queda
bloqueado y lo toma como imposible.
La
indefensión aprendida se puede llegar a considerar como una
enfermedad mental que se presenta cuando no se sabe qué hacer sobre
una determinada situación.
La
gente asume su propia destrucción física o psicológica sin poner
nada de su parte, una teoría psicológica que puede ayudar a
encontrar solución a estos hechos es la de la indefensión
aprendida. Este hecho lo comprobaron en un experimento en los años
70, el experimento trata de que durante unos días se encargaron de
dar descargas eléctricas a dos perros en un laboratorio, las
descargas eran iguales para los dos perros pero uno de ellos podía
evitarlas pulsando una palanca, pero el otro perro no podía hacer
nada y recibía la electricidad, hasta que el otro perro pulsaba el
botón o palanca, se hicieron varias veces estos ensayos para que el
primer perro aprendiera a evitar las descargas y el segundo se
resignara a sufrirlas. Más tarde hicieron otro experimento, y es que
pusieron a los perros en otra jaula que tenía dos partes una parte
electrificada y otra sin electrificar. Los perros tenían que saltar
una valla para pasar a la parte sin electrificar. El perro que tenia
la posibilidad desde el principio de dar con su hocico a la palanca
para evitar las descargas lo hizo perfectamente y lo consiguió, pero
el otro perro aprendió a que hiciera lo que hiciera no podía evitar
las descargas y había aprendido a ser indefenso.
Si
se traslada este fenómeno a la realidad humana como modelo
deductivo, las personas también caen a veces en un estado de
indefensión aprendida, más que nada en épocas pasadas; por ejemplo,
con los campos de concentración nazis, los fusilamientos y las
guerras mundiales o con la violencia de género.
Con
el maltrato a las mujeres, ellas llegan a un punto en el que se creen
que lo que le están haciendo es normal y no puede hacer nada para
evitarlo.
La
indefensión aprendida es un hecho que nos afecta a muchas personas
alrededor de nuestras vidas y hay algunos casos en los que algunas personas no se pueden
recuperar de ella y piensan que lo que les pasa tiene que seguir así
a lo largo de su vida sin poder hacer nada.
De
esta indefensión aprendida se puede salir, solo es necesario
desaprender la indefensión y tener confianza en uno mismo. Amigos,
familiares o psicólogos te pueden ayudar a salir de ella pero lo
principal es aceptar que tienes ese problema.
Si
la indefensión aprendida trata de la imposibilidad y bloqueo de una
persona al no poder hacer nada en una situación, es porque
anteriormente no lo han ayudado de ninguna manera a poder solucionar
aquel problema y le han puesto en vez de ayudas a poder solucionar
ese problema más baches y imposibilidades, y cuando puede solucionar
de alguna manera ni se lo creen o no confían en ello, así siguen
bloqueados. Este argumento no puede ser refutado ya que esta probado
científicamente con el experimento de los perros sometidos a
descargas eléctricas y está demostrado en la sociedad día a día.
Nos
tratan de convencer de que aceptemos resignadamente pérdidas de
derechos y privatizaciones de bienes públicos sin resistir ni
protestar, que hagamos lo que hagamos no va a servir para nada.
La
indefensión aprendida es la antesala de la depresión. No hacer nada
porque se piensa que ya todo es inútil.
La sociedad nos
somete a unos casos que no podemos evitar, aunque hagamos huelga de
estudiantes o manifestaciones, y encima hay casos en los que se
detiene a gente por manifestarse por cosas con menos importancia,
esto también es un caso argumentado de indefensión aprendida.
Con todo esto
podemos decir que la indefensión aprendida va a seguir en nuestra
sociedad y en nuestras manos está si queremos someternos a ella y
seguir en ese estado de shock o intentamos salir de él con ayudas de
personas y con valor para afrontar la situación actual.
Fátima
Jiménez Martín
1º
Bachillerato C
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