domingo, 16 de febrero de 2014

El científico loco





Los cubos de la memoria.
Este fin de semana fui a un lugar maravilloso con mi familia. Jugábamos con la arena, nos bañábamos, pero a mi madre le apeteció montarse en unos de las yates, ya que no costaba muy caro. Cogimos ese yate, pero claro, con un chófer. Yo le dije a mi madre que me daba un poco de miedo ,eso de ir en yate, pero ella me dijo que no pasaba nada ya que contábamos con un chófer de cinco estrellas, y en caso de emergencia teníamos salvavidas. Aquellas palabras me calmaron un poco. Allá fuimos navegando por la mar disfrutando de su olor y tranquilidad. Estaba cada vez más nerviosa porque el motor no funcionaba bien ,hasta que por desgracia se paró; se había quedado sin combustible. Nos pusimos a pedir ayuda, el yate se estaba hundiendo, y no podíamos hacer nada por lo cual nos pusimos los salvavidas. Con tantos oleajes y neblina mis ojos no podían contemplar nada. Empecé a gritar , pedir ayuda y nadie contestaba. Me quedé dormida.
Al despertar,  me encontraba en una isla extraña llena de áreas forestales y grandes edificios. Me extrañó ver tantos edificios. Entre ellos había uno que destacaba más que los otros por su color amarillo y su puerta abierta. Entré y me encontré con un señor mayor de pelo canoso, ojos negros con un bello bigote blanco, y vestido de científico. Éste había tenido un retraso mental de joven que le había afectado la inteligencia; por eso se había ido a vivir allí. Me preguntó qué hacía por esa isla sola sin nadie. Me invitó a entrar, me dio comida y refugio. Le conté todo lo que me había pasado y lo comprendió. Me comentó que él no era un verdadero científico porque estaba ya un poco mayor, y me contó que tenía una barca antigua, la cual sacaría, le limpiaría el polvo y yo saldría de allí. Eso hice, pero no sola, me acompañó aquel científico llamado Clark Aston.
Cuando regresé, allí estaba mi familia adorada de la que nunca más me separaría. De esta forma, Clark Aston se convirtió en uno más de la familia. 

Mª José Chamizo, 1º ESO B


Fotografía: Marta Gil
   

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