NO TE SALVES
No te quedes inmóvil
al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca
no te salves
no te llenes de calma
no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo
no dejes caer los párpados
pesados como juicios
no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo
pero si
pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el júbilo
y quieres con desgana
y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvas
entonces
no te quedes conmigo.
No te quedes inmóvil
al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca
no te salves
no te llenes de calma
no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo
no dejes caer los párpados
pesados como juicios
no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo
pero si
pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el júbilo
y quieres con desgana
y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvas
entonces
no te quedes conmigo.
Fotografía: Marta Gil
Mario Benedetti (Uruguay, 1920-2009) | |
Escritor uruguayo, natural de Paso de los
Toros.
Fue profesor de literatura en su país, donde colaboró en el semanario
Marcha. En los años setenta sufrió exilio en Buenos Aires, Lima, La
Habana y España, residiendo alternativamente, en Madrid y Montevideo.
Desarrolló una intensa actividad en el periodismo y en recitales
poético-musicales junto a intérpretes como Nacha Guevara y Juan Manuel
Serrat. Ha cultivado todos los géneros, con iniciación en la poesía en
libros como Poemas de oficina (1956), de tono cotidiano y existencial. Con los cuentos Montevideanos
(1960) incursionó en el realismo, asociado al costumbrismo, centrado en
las clases modestas de la ciudad. En 1960 ensayó la crítica
político-social con El país de la cola de paja. Sus novelas La tregua (1960) y Gracias por el fuego
(1965) amplían el realismo a la observación de vicios sociales de la
clase media y la sociedad de consumo. Luego, su narrativa se politizó en
favor de las opciones de la guerrilla urbana con El cumpleaños de Juan Angel (1971) y Primavera con una esquina rota (1982), incorporando el tema del exilio y el retorno en La casa y el ladrillo (1977), Vientos del exilio (1982), Geografías (1984) y Las soledades de Babel (1991). Su obra de teatro Pedro y el capitán (1979) aborda la problemática moral de la tortura. Recogió su tarea crítica en varias misceláneas, como Letras del continente mestizo, De artes y oficios, El desexilio y otras conjeturas y Crítica cómplice, así como la evocación autobiográfica en La borra del café. © M.E. Textos: Corazón coraza El país de la cola de paja (fragmento) Estados de ánimo Mucho más grave No te salves Nuevo canal interoceánico Pedro y el Capitán (fragmento) Rostro de ti Táctica y estrategia Te quiero http://www.epdlp.com/escritor.php?id=1342 |
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